Generalmente cuando la gente escucha hablar de igualdad
piensa exclusivamente en las relaciones, distancias y oportunidades entre mujeres
y hombres; por supuesto, es correcto; una representación social semejante es
producto de muchas décadas de trabajo y esfuerzo de los movimientos feministas
y por los Derechos Humanos para visibilizar las inequidades, disparidades,
estereotipos e injusticias que existen en todos los ámbitos de la vida de las
personas, y que desafortunadamente dejan en condiciones de vulneración a las
mujeres.
Pero el hecho es que en el ejercicio de la igualdad como
principio básico de interacción humana no se piensa sólo en equiparar y mejorar
las condiciones de las mujeres; la igualdad nos implica a todas y todos, según
orígenes étnicos, religiones, actividades laborales, orientaciones sexuales,
preferencias de entretenimiento. A todas las personas. La igualdad es un
principio humano básico que va equiparado a la no discriminación.
Una vida familiar, escolar y social basada en enseñanza de la
no discriminación y en la convicción de que todas y todos somos iguales ante la
ley y tenemos derecho a todas las oportunidades, bienes y servicios no es sólo
un asunto de legislaciones. En estos tiempos de crisis económica, de desgaste
de las estructuras sociales y de descrédito de las instituciones de gobierno, puede
representar la clave para enfrentar y superar problemas que afectan
directamente la salud, el desarrollo y la felicidad de muchas personas, tales
como la violencia de género, el feminicidio, la homofobia, xenofobia y el acoso
escolar.
Enseñar a una población –no sólo a las generaciones de
escolares, sino reeducar también a las generaciones de adultos para quienes es
normal pensar que se puede ser superior a otras/os por razones económicas, de
poder físico o social, por diferencias de pensamiento o cualquier otro prejuicio
normalizado- valores propios de una ciudadanía democrática, humanitaria y justa
(como el respeto, la colaboración, la honradez, la igualdad y la no
discriminación) pueden ser los caminos que nos ayuden a superar los retos de
una sociedad fragilizada como la que hoy vivimos.
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